Para la Proxima Generacion
Secc i ón IV: Comprend i endo l a mecán i ca de l a i ns t rucc i ón de l a c l ase 123
Desafíos académicos Inevitablemente, se encontrará con estudiantes que toman el reto de TUMI con menos de lo satisfactorio en la formación académica, los que no tienen una verdadera sólida formación académica o logros, y quienes, por estándares normales, serían descalificados para ingresar a un seminario típico. Para estos individuos, desde nuestro punto de vista, son precisamente ellos para lo que TUMI fue creado. El estándar de Dios de su propio llamado, guerreros dotados es un llamado a la piedad y santidad, no a un llamado de destreza académica y maestría. La elocuencia no es requerida para ser un líder cristiano, ser lleno del Espíritu Santo ¡sí lo es!. A medida que califica a los estudiantes e involucra sus deficiencias académicas, hay que recordar que usted está entrenando a estos ministros del Evangelio, no a eruditos. Si bien contamos con los modelos tradicionales de evaluación en nuestras clases (por ejemplo, dando pruebas, exámenes y los reportes de notas), estos no son los indicadores finales de éxito en un aula de TUMI. Las calificaciones son importantes, y utilizar este sistema sin pedir disculpas, pero las calificaciones importan por razones no obvias en sus entornos educativos tradicionales. No estamos tratando de engañar a nuestros estudiantes mediante la creación de sus detractores, preguntas y exámenes que los abaten con la frase de evaluación de liderazgo tradicional “Te tengo”. Nuestros estudiantes son llamados por Dios y tienden a tener menos orígenes académicos estelares como otros. Sin duda, ésta es una de las tareas más difíciles como mentor/a de TUMI: la utilización de modelos tradicionales de evaluación, sin ser esclavizados por ellos. Debe aprender a reconocer el esfuerzo y la participación de sus estudiantes, así como su desempeño en pruebas y proyectos. Concéntrese en el carácter y la excelencia en todas las cosas, no sólo en las fichas de inteligencia o su capacidad para recitar un punto en particular. Sea justo, siempre tenga cuidado de desafiar a sus estudiantes a aprender, pero niéguese a sancionar por el simple hecho de que no cuenta con el trasfondo de un típico candidato de un seminario. Se le da suficiente espacio a usted como mentor/a para calificar a los estudiantes de manera justa y en sintonía con su esfuerzo y compromiso. No dé por sentado que la negligencia en la propia formación académica se debe equiparar con una incapacidad para pensar o participar en un diálogo sólido sobre asuntos difíciles e importantes (desafortunadamente, hemos tenido mentores que
Haciendo frente con las dificultades en el aula
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