Representado la teologia

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R e p r e s e n t a n d o l a t e o l o g í a

¡Levántese Dios! (continuación)

Por un avivamiento dinámico y espiritual

A pesar de cualquier término que sea usado en la literatura erudita acerca de la visitación de Dios en un avivamiento o despertar (por ej., avivamiento, renovación, refrigerio, revelación, etc.), la realidad que se habla dentro de estos materiales se refiere a la misma verdad. ¿Qué es la verdad? Todo estos materiales apuntan hacia la necesidad, sobre todas las cosas, de la presencia de Dios como factor crítico en todo avivamiento y testimonio del Reino. Las zonas urbanas de las ciudades del mundo hoy en día demandan una especial y nueva visitación del Señor. Dios debe levantarse en la ciudad; Él debe venir y dispersar a sus enemigos, y ampliamente derramar su bondad y provisión. El Espíritu Santo debe ser derramado sobre la ciudad, si es que ésta ha de ser ganada para Cristo. Sólo la presencia de Dios en la ciudad es lo que será suficiente. Ninguna otra solución asegura la promesa de cambio duradero, o comprensivo, ocurriendo en las vidas de millones que se consumen en la ciudad. Ninguna de las típicas respuestas puede tocar las vidas de tanta gente; ninguna solución gubernamental, filantropía social, reforma política o de jurisprudencia, o el reclutar más policías y combatir el crimen, o la eliminación de varias clases de elementos inmorales en vecindarios empobrecidos, vencerán los poderes espirituales y potestades que atormentan las comunidades de nuestras zonas urbanas. Las necesidades espirituales deben ser satisfechas con recursos espirituales. Tampoco una iglesia anémica, floja y mundana logrará hacer la tarea de libertar a los cautivos. Como creyentes, nosotros somos llamados a esforzarnos en el Señor y en el poder de su fortaleza (Ef. 6.10-12). Jesús es el guerrero de Dios, quien consumará la victoria del Señor en la tierra en su Segunda Venida (comp. Apc. 19.8ss). Solamente cuando Cristo se manifieste podemos esperar la libertad, el bienestar y la justicia del Reino para libertar a los perdidos de la ciudad. Cristo es el único capaz de atar al “hombre fuerte del diablo” y libertar a sus cautivos (comp. Mt. 12.25-30). Debido a que de todo corazón creemos que Dios ama a toda la gente, en cualquier parte, concentramos nuestra oración en énfasis e intereses tanto globales como locales . Intereses “globales” quiere decir que cada vez que nos reunimos, no meramente oramos por las necesidades de las zonas urbanas nada más, sino por las necesidades del mundo entero, en las ciudades, naciones y entre los grupos de gente donde la Iglesia de Cristo Jesús esté dando testimonio, como también por las de aquellos que todavía no han escuchado del evangelio salvador del Señor. Suplica el favor del Señor por intereses globales y locales

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