Representado la teologia

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R e p r e s e n t a n d o l a t e o l o g í a

¡Levántese Dios! (continuación)

Nosotros creemos, como dice El Credo Niceno, que sólo hay una Iglesia, santa, católica (universal) y apostólica, y que lo que preocupa a los cristianos en algún lugar debe preocupar a los cristianos en cualquier lugar donde estén. También creemos en la Gran Comisión de Jesús, que la Iglesia ha sido llamada en estos dos últimos milenios para dar testimonio del Reino de Dios en Cristo Jesús entre cada grupo de pueblos sobre la tierra. Por lo tanto, nosotros oramos por un Despertar de la Iglesia de Cristo Jesús en todo lugar, pidiéndole a Dios que actúe en las congregaciones de creyentes al reunirse en cualquier parte, en otras naciones y continentes, todos con la intención que Dios se glorificará entre su pueblo dondequiera que ellos se reúnan. Similarmente, los intereses “locales” deben captar nuestra atención y petición. Por local nos referimos a la iglesia particular a la cual pertenecemos, las iglesias de nuestra denominción y vecindario inmediato, y la iglesia en nuestra localidad o región. Cada región de iglesias tiene sus propios asuntos peculiares y singulares, desafíos y preocupaciones, y nuestra intercesión reconoce tales específicas preocupaciones de la iglesia de nuestra comunidad. Nosotros rogamos por el favor del Señor para el bien de nuestra asamblea local de la iglesia, y las asambleas de nuestra ciudad, localidad y región. Por lo tanto, nosotros comenzamos nuestra intercesión con rogativas especiales, súplicas y oraciones ofrecidas a nombre del pueblo de Dios para un dinámico Avivamiento espiritual. Oremos por la Iglesia en el mundo (y en diferentes partes del mundo) para que los creyentes sean refrescados con repetidos y poderosos derramamientos y manifestaciones de la presencia del Espíritu Santo entre su pueblo. Oremos para que Dios asocie estos derramamientos con señales y maravillas que dirigirán la atención hacia su gloria y reinado, y para que el carácter espiritual de las iglesias sea renovado para que obedezcan el Gran Mandamiento con toda energía. Oremos para que las iglesias, global y localmente, amen a Dios con todo el corazón y a sus prójimos como a sí mismos. Oremos por reconciliación, unidad y relaciones restauradas entre los creyentes alrededor de toda la tierra, y pidámosle a Dios por la creación de un nuevo espíritu de unidad y acuerdo junto con el avance del Reino de Dios en nuestras iglesias. En este respecto, oremos por un revolucionario redescubrimiento del señorío de Cristo Jesús en nuestras iglesias, con refrescantes manifestaciones de humildad, confesión, quebrantamiento y amor entre los miembros; todo para la gloria de Dios. Hagamos estas y otras oraciones similares a favor del pueblo de Dios, tan ferviente e inteligentemente como sea posible, orando específicamente por petición a Dios de un avivamiento y la renovación de su pueblo globalmente, sobre todo en las ciudades de Ibero-América.

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